Pov. Elizabeth
Empiezo a poner la ropa que me pondré encima de la cama.
Pero en eso suena el teléfono.
-¿Diga?- pregunto.
-Liz.... tienes que volver. Ahora.- me dice una voz temblorosa al otro lado de la línea.
-¿Qué como?- pregunto desconcertada. – Alice… ¿Qué pasa?
-Liz por favor. Es vital que regreses. Ahora.
-¿Me lo puedes explicar?- pregunto un poco molesta pero a la vez preocupada.- Alice estoy al otro lado del mundo. Qué es lo que pasa.
-¡Está bien! ¡Iré! ¡Iré!- contesto alborotada.
Cuelgo el teléfono y marco otro número.
-¿Hola?- preguntan.
-¡Selena! ¡Soy yo Beth! Necesito que vengas ahora. Lo más rápido que puedas.
-¿Pero qué pasa?
-Hazlo.- le corto- por favor.
Cuelgo el teléfono rápidamente y comienzo a ordenar las cosas que traje. Enciendo el portátil del hotel y compro los billetes para dentro de… 1 hora a Washington.
-¡Beth!- entra por la ventana.
-Sel, en mi familia ha ocurrido algo malo. No sé aún no me han dicho qué es lo que pasa y me iré ya al aeropuerto. Siento haberte llamado tan rápido y… y… preocupárte pero no podía irme sin despedirme.
-¿Qué?- estaban tan desconcertados como yo- no te dejaremos irte en ese estado. Además necesitas cazar. Tus ojos están…- decía Selena mientras me miraba los ojos.
-¡No!- le digo.-Aguantaré.
-Pues tienes que cazar. Iremos cuando vayamos de camino al aeropuerto. – ordena Selena.- Tienes otro habitos alimenticios a mii así que hazlo
Yo cojo todo para devolverlo a la recepcionista y corro a paso humano para abajo.
-Buenos días- dice ella educadamente- ¿Qué es lo que necesita?
-Voy a abandonar la habitación. Ya.- le informo rápidamente.
-No… ¿No le gustó el servicio?- pregunta ella con nerviosismo.
-No es eso. Asuntos personales.- le contesto.
-Ah, entiendo. Bueno entrégueme la llave y firme aquí.
Firmo lo más rápido que puedo y me despido la joven. Salgo corriendo a paso humano hasta que llegué a un callejón desierto. Aspiro y enseguida percibo los olores de los dos jóvenes vampiros. Ahora sí, corro a paso inmortal hasta donde ella se encuentra. Es una zona poco transitada que ahora mismo se encuentra desierta. Ella sujeta dos ciervos y me los entrega.
-Venga.- ordena Selena- Lo necesitas.
Suspiro aliviada cuando la sangre de esos animales baja por mi garganta y deja atrás el ardo que días atrás sentía.
-Gracias…- suspiro aliviada.
Con la manga de mi chaqueta paso la manga por mis labios por si acaso hay algún resto de sangre.
Llegamos al aeropuerto y me despido de ella con un fuerte abrazo.
-Volveremos a vernos… lo sé- me dice Selena.
-Lo haremos, tenlo por seguro.- Le vuelvo a abrazar.-Ten cuidado- me susurra- cualquier contratiempo llámame. ¿Entendido?
-Sí. Lo haré. Adiós- le vuelvo a abrazar.
Cojo la mochila y voy lo más rápido que puedo a la ventanilla donde me atienden y rápidamente me dejan subir al avión.
Al estar ya en el avión, para despejarme, comienzo a ordenar la mochila. Pero en ella se encuentra el libro que esta mañana, antes de que todo sucediese, estuve leyendo. Lo abro y en ella me encuentro una nota.
“Me gustaría que te lo quedases”
Selena.
Mi sonrisa sale automáticamente. Pero enseguida vuelvo a la realidad. No sé que es lo que está pasando en casa. Y por la voz de Alice parece que no es bueno. Ella nunca me llama para esto. Cada vez que ha habido problemas y yo he estado fuera, no me llama.
******
Al llegar al aeropuerto de Seattle corro lo más rápido hasta llegar a Forks. Podía haber cogido un taxi, pero eso me pondría más nerviosa aún.
Al llegar a casa entro de manera abrupta en la casa. Alice está rígida en el sofá pero cuando me ve se lanza a mis brazos.
-Beth....
-¿Qué…? ¡Cuéntamelo!- le exijo.- ¡Ya!
-Será mejor que te lo cuente Carlisle.- responde ella.
-¿Papá?- le digo yo para que comience. Siempre he llamado a Carlisle papá y a Esme mamá. Son como si fueran mis verdaderos padres.
-Bella… está embarazada. Aún no ha llegado aquí. Debe de estar en el avión. Ella llamó a Rosalie cuando Edward le dijo que iba a sacar al monstruo que tiene dentro. Pero ella quiere tenerlo. Todo pasó en su luna de miel.
Vale. Vale. Demasiada información en 3 minutos. Tengo la necesidad de sentarme urgentemente. Camino un poco hacia el sofá y me siento.
-¿Los vampiros pueden entrar en estado de shock?- pregunta Alice.- A Edward también le pasó.
-Haber que me aclare…- pregunto.- Bella, está embarazada de… algo. Una mezcla.
-Bebé- me corrige Rosalie.
-Ya veremos si esa cosa es un bebé Rosalie.- le respondo con dureza.
-Elizabeth....- me dice Esme.
-Lo siento Rose. Lo siento. Esto no es fácil de aceptar.
-No pasa nada- responde ella.
Me paro a pensar un momento. Todos me miran, pero mi mente está trabajando a una velocidad para nada normal.
-¡Esto es absurdo!- exploto.- Esto no puede pasar… No, no puede…
-Beth.- comienza a decir Carlisle mientras pone su mano en mi hombro pero de repente ruge el motor de un coche llegando. Son ellos.
Todos se abalanzan a mirar a Bella. Excepto yo. Yo estoy quieta. Me quedo quieta, esperando… a Dios sabe que.
-¿Diga?- pregunto.
-Liz.... tienes que volver. Ahora.- me dice una voz temblorosa al otro lado de la línea.
-¿Qué como?- pregunto desconcertada. – Alice… ¿Qué pasa?
-Liz por favor. Es vital que regreses. Ahora.
-¿Me lo puedes explicar?- pregunto un poco molesta pero a la vez preocupada.- Alice estoy al otro lado del mundo. Qué es lo que pasa.
-¡Está bien! ¡Iré! ¡Iré!- contesto alborotada.
Cuelgo el teléfono y marco otro número.
-¿Hola?- preguntan.
-¡Selena! ¡Soy yo Beth! Necesito que vengas ahora. Lo más rápido que puedas.
-¿Pero qué pasa?
-Hazlo.- le corto- por favor.
Cuelgo el teléfono rápidamente y comienzo a ordenar las cosas que traje. Enciendo el portátil del hotel y compro los billetes para dentro de… 1 hora a Washington.
-¡Beth!- entra por la ventana.
-Sel, en mi familia ha ocurrido algo malo. No sé aún no me han dicho qué es lo que pasa y me iré ya al aeropuerto. Siento haberte llamado tan rápido y… y… preocupárte pero no podía irme sin despedirme.
-¿Qué?- estaban tan desconcertados como yo- no te dejaremos irte en ese estado. Además necesitas cazar. Tus ojos están…- decía Selena mientras me miraba los ojos.
-¡No!- le digo.-Aguantaré.
-Pues tienes que cazar. Iremos cuando vayamos de camino al aeropuerto. – ordena Selena.- Tienes otro habitos alimenticios a mii así que hazlo
Yo cojo todo para devolverlo a la recepcionista y corro a paso humano para abajo.
-Buenos días- dice ella educadamente- ¿Qué es lo que necesita?
-Voy a abandonar la habitación. Ya.- le informo rápidamente.
-No… ¿No le gustó el servicio?- pregunta ella con nerviosismo.
-No es eso. Asuntos personales.- le contesto.
-Ah, entiendo. Bueno entrégueme la llave y firme aquí.
Firmo lo más rápido que puedo y me despido la joven. Salgo corriendo a paso humano hasta que llegué a un callejón desierto. Aspiro y enseguida percibo los olores de los dos jóvenes vampiros. Ahora sí, corro a paso inmortal hasta donde ella se encuentra. Es una zona poco transitada que ahora mismo se encuentra desierta. Ella sujeta dos ciervos y me los entrega.
-Venga.- ordena Selena- Lo necesitas.
Suspiro aliviada cuando la sangre de esos animales baja por mi garganta y deja atrás el ardo que días atrás sentía.
-Gracias…- suspiro aliviada.
Con la manga de mi chaqueta paso la manga por mis labios por si acaso hay algún resto de sangre.
Llegamos al aeropuerto y me despido de ella con un fuerte abrazo.
-Volveremos a vernos… lo sé- me dice Selena.
-Lo haremos, tenlo por seguro.- Le vuelvo a abrazar.-Ten cuidado- me susurra- cualquier contratiempo llámame. ¿Entendido?
-Sí. Lo haré. Adiós- le vuelvo a abrazar.
Cojo la mochila y voy lo más rápido que puedo a la ventanilla donde me atienden y rápidamente me dejan subir al avión.
Al estar ya en el avión, para despejarme, comienzo a ordenar la mochila. Pero en ella se encuentra el libro que esta mañana, antes de que todo sucediese, estuve leyendo. Lo abro y en ella me encuentro una nota.
“Me gustaría que te lo quedases”
Selena.
Mi sonrisa sale automáticamente. Pero enseguida vuelvo a la realidad. No sé que es lo que está pasando en casa. Y por la voz de Alice parece que no es bueno. Ella nunca me llama para esto. Cada vez que ha habido problemas y yo he estado fuera, no me llama.
******
Al llegar al aeropuerto de Seattle corro lo más rápido hasta llegar a Forks. Podía haber cogido un taxi, pero eso me pondría más nerviosa aún.
Al llegar a casa entro de manera abrupta en la casa. Alice está rígida en el sofá pero cuando me ve se lanza a mis brazos.
-Beth....
-¿Qué…? ¡Cuéntamelo!- le exijo.- ¡Ya!
-Será mejor que te lo cuente Carlisle.- responde ella.
-¿Papá?- le digo yo para que comience. Siempre he llamado a Carlisle papá y a Esme mamá. Son como si fueran mis verdaderos padres.
-Bella… está embarazada. Aún no ha llegado aquí. Debe de estar en el avión. Ella llamó a Rosalie cuando Edward le dijo que iba a sacar al monstruo que tiene dentro. Pero ella quiere tenerlo. Todo pasó en su luna de miel.
Vale. Vale. Demasiada información en 3 minutos. Tengo la necesidad de sentarme urgentemente. Camino un poco hacia el sofá y me siento.
-¿Los vampiros pueden entrar en estado de shock?- pregunta Alice.- A Edward también le pasó.
-Haber que me aclare…- pregunto.- Bella, está embarazada de… algo. Una mezcla.
-Bebé- me corrige Rosalie.
-Ya veremos si esa cosa es un bebé Rosalie.- le respondo con dureza.
-Elizabeth....- me dice Esme.
-Lo siento Rose. Lo siento. Esto no es fácil de aceptar.
-No pasa nada- responde ella.
Me paro a pensar un momento. Todos me miran, pero mi mente está trabajando a una velocidad para nada normal.
-¡Esto es absurdo!- exploto.- Esto no puede pasar… No, no puede…
-Beth.- comienza a decir Carlisle mientras pone su mano en mi hombro pero de repente ruge el motor de un coche llegando. Son ellos.
Todos se abalanzan a mirar a Bella. Excepto yo. Yo estoy quieta. Me quedo quieta, esperando… a Dios sabe que.