Elizabeth y Sus dos Amores

Elizabeth y Sus dos Amores

viernes, 18 de enero de 2013

24. La esperada boda


Pov. Elizabeth

-Estás preciosa Beth-. Dice Alice mientras coloca un par de horquillas más en mi pelo.

-Eso espero, la boda de mi hermano no se celebra todos los días.- Menciono mientras me pongo en pie para ponerme el vestido para la boda.

Alice ha hecho un buen trabajo. El pelo está recogido bonito pero sin estar demasiado peinado. Perfecto para mí. El vestido de colores claros me ayuda a pasarmelo por la cabeza y me pongo los zapatos que me obligó a ponerme Alice para la ocasión. Odia que lleve zapatillas planas. Pero se que lo que en verdad le molesta es que sea más alta que ella.

-Estás muy guapa.- Menciona Rosalie al otro lado de la habitación.

-Gracias Rose. ¿Y Bella?- pregunto.

-La he dejado en manos de Alice para que le de los últimos retoques. Ya sabes como es.- Respondo.

-Sonrío de medio lado- Voy a ver a Edward.

Me levanto de la cama y voy a la habitación de mi hermano. Pienso que estará nervioso por su boda, no todos los vampiros se casan con el amor de su vida humano.

-¿Puedo pasar?- pregunto.

-Pasa-. Responde.

Al entrar veo a mi hermano intentando anudarse la corbata.

-Espera que te ayude-. Me acerco y le paso la corbata por detrás. Le sonrío y comienzo a anudarla.

-¿Nervioso?

-Sabes que sí.

-No deberías, vas a casarte con el amor de tu vida. Con Bella Swan. Bueno, con la futura Bella Cullen.

-Sonríe- Sí. A propósito, ¿te has alimentado recientemente?

-Sabes que sí. ¿Qué crees? ¿Qué voy a masacrar a todo el mundo?

-Claro que no, pero sabes que no tienes tanto... auto control como nosotros.

-Mis ojos se abren desmesuradamente e intento que la invasión de recuerdos no borren mi sonrisa. Aún así me quedo con una sonrisa escéptica.- Eh... sí. Lo sé. Pero estoy bien ¿vale?- Termino de anudar la corbata.-Ya está.

-Gracias Lizzie.- Me detiene.- ¿En qué estás pensando?

-Claramente no pienso desbloquear mi cerebro Edward- sonrío.- Sabes bien que mi don es mucho más fuerte de lo que tu crees.

-El poder de la mente siempre lo ha sido. Pero eso de controlarlo...

-Es complicado y doloroso. Pero me acabo acostumbrando.- Le doy un beso en la mejilla.-Nos vemos Edward.

Salgo hacia afuera recibiendo a los invitados con la mejor sonrisa que puedo poner. A Carlisle y a Esme se les da mejor esto que a mi. Yo no suelo ser tan... amable, con la gente. No es mi punto fuerte.

-¡Hey Eli!- dice una voz masculina pero juvenil.

-¡Alex!- exclamo.- Que pronto has llegado.

-Bueno, ya sabes que soy muy puntual, pero además mi acompañante no puede estar sola.
 
-Bueno Alex, vamos.- Le digo.

-Primero tu... mi lady.- me da su brazo.

Vamos hacia afuera y nos sentamos en los asientos que estuvimos colocando toda la mañana. Edward está allí esperando el ansiado momento.

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