Elizabeth y Sus dos Amores

Elizabeth y Sus dos Amores

viernes, 25 de enero de 2013

27 Con Selena


Pov. Elizabeth

Me levanto de la cama y voy a dar una vuelta por la habitación, pero en ese momento, suena el teléfono.

Me dirijo a él lo más despacio que puedo evitando abalanzarme sobre el ya que este puede ser el fin de mi aburrimiento.

-¿Hola?- pregunto.

-¡Elizabeth!- dice una voz al otro lado del auricular. Seth Clearwater.

-¡Hola Seth!- digo alegremente.

-¿Qué tal estás Elizabeth? Ayer fui a verte a tu casa pero Esme me dijo que te habías ido de viaje unos días.

-Sí- suspiro- Me fui a Londres hace dos días sin rumbo fijo.- río- ahora mismo estoy en la habitación del hotel aburrida porque no puedo salir.

-¿Por qué no puedes?- pregunta.

-Porque tengo que aparentar ser lo más humana posible para no levantar sospechas. Por eso, hasta las siete de la mañana no puedo salir de aquí.- explico.

-Vaya… pues… aquí son las diez de la mañana. Después tendré que irme con la manada.

-Divertido- digo con ironía.

-Claro- ríe.- Y dime Beth, ¿has encontrado ya algo?- pregunta curioso.

-¿Algo por lo que estar aquí? Pues anoche conocí a una vampira Londinense. La verdad  me cayo bastante bien, Era agradable.

-¿Una vampira? ¿De Londres?

-Seth aquí también hay vampiros- repongo con burla.

-Eso ya lo sé. ¿Pero como sabes que es buena gente?- pregunta desconfiado.

-Seth… Lo veo en ella. Sabes que mis poderes están para algo.

-Interesante- dice sarcástico.

-¡Seth!- le regaño.

-¡Vale, vale! Lo que tú digas. Elizabeth me tengo que ir ya a la reserva. ¡Adiós!- se despide.

-Adiós Seth- me despido.

Cuelgo el teléfono y lo pongo encima del escritorio de la habitación. Son las seis. Así que empiezo a prepararlo todo.

Voy al baño y me meto en la ducha. El agua tibia cae por mi cuerpo y humedece mi pelo.

Salgo de la ducha y comienzo a cepillarme el pelo lentamente deteniéndome en los enredos que se forman.

Termino de cepillarlo y comienzo a hacer una trenza. Me seco el cuerpo y me pongo la primera ropa que pasa por mis manos.

Me calzo unas botas y cojo la llave de la habitación para salir fuera. Al salir, oigo con mi oído de vampira lo que se produce dentro de las habitaciones correlativas a la mía. Algunos niños corretean por la habitación mientras huyen de sus padres que los quieren meter en la ducha.

Bajo en el ascensor hasta la recepción donde ya se está sirviendo el desayuno.

Entro para aparentar ser una persona normal y me siento en la primera mesa que encuentro. Cojo un plato y me sirvo en el buffet lo mínimo. Me siento en la mesa y comienzo a comer.

Veo como mucha gente me mira, les parezco extraña. Normal. Termino de comer y salgo del hotel. El frío invernal lo inunda todo. Voy a pasear por la ciudad y voy cerca del lugar donde conocí a esa vampira.

-¿Elizabeth?- preguntan detrás.

-¿Selena?- me giro y efectivamente estaba Selena.

-¡Sabía que estarías por aquí!-grita.

-¿Me buscabas?- pregunto arqueando una ceja.

-Claro- sonríe.- Tu olor se iba al este pero después desaparecía por todos lados. Eres difícil de encontrar.

-Lo sé- río.

-Bueno Elizabeth... ¿te gustaría dar una vuelta por Londres?- pregunta Selena.

-Me encantaría- respondo.

-Pero dime Elizabeth... ¿la parte divertida o la parte turística?- pregunta.

-¿Cuál es la divertida?- pregunto curiosamente.

-La parte de Londres que es solo para gente inmortal.- responde.

-Me gusta más la divertida…- respondo.

-Pero creo que no va a poder ser- comenta.- Parece que hoy va a ser un día soleado.

-Bueno… lo podemos dejar para otro día- digo.

-No me gusta pero… no quiero que nos vean los humanos.- dice.- ¿Y si te vienes a mi  casa?-.

-Claro- asiento.

-Bueno, está en las afueras de Londres. ¿Preparada para correr?- pregunta arqueando una ceja.

-Por supuesto.- repongo.

Justo cuando una brisa de aire pasó a nuestro lado echó a correr, a lo que yo le seguí. La verdad es que corría bastante rápido. Ningún humano se dio cuenta ya que atravesamos las zonas en las que no había nadie y a veces nos teníamos que subir a los tejados de las casas. Cosa bastante divertida la verdad.

Cuando llegamos nos detuvimos delante de una casa preciosa. Muy al estilo londinense.

-Esta… ¿Esta es tu casa?- pregunto sorprendida.

-Sí… ¿Te gusta?- pregunta.

-Es preciosa- digo maravillada.

-Bueno, también puedes entrar y verla por dentro pero como tu quieras.- dice

-Muy gracioso- digo yo.

Entramos a la casa y era aún más bonita. Tenía unas estanterías repletas de libros y una chimenea. Los muebles eran de madera y estaban decoradas en tonos tierra.

-Siéntate Elizabeth.- dice. Lo hago y ella se sienta justo enfrente de mi y comenzamos a hablar.

-¿Y ya encontraste lo que tu don buscaba?- pregunt.

-La verdad… creo que sí. Pero no estoy segura.

-Eso es bueno… Lo que yo no entiendo es como puedes tener tantos dones- comenta

-Es algo extraño.- digo asintiendo- por eso debo de tener cuidado.

-tener bastantes dones… es algo peligroso. ¿Aro nunca te ha pedido que formes parte de la guardia Vulturi?

-En realidad- mis ojos desprenden ira- si que lo ha hecho. El fue quien destrozo mi vida. De la que me “convirtieron” mi creador tuvo que llevarnos con los Vulturis a presentarnos y lo demas es una larga historia.



Antes de que me diese cuenta mis manos estaban agarrando fuertemente el reposabrazos del sillón y mi respiración estaba agitada.

-Elizabeth....- empieza.- Supongo que conoceras a Carlisle

-Sí lo conozco ¿Pero por qué me lo preguntas?

-No por nada- ella disimulo bebiendo un poco de te -Y me alegro de tenerte a ti como amiga Elizabeth.- dice r sinceramente.

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